Manifestar aun y cuando aparezca el “que dirán”

Hola mi Genia hermosa

Quiero hablarte sobre ese famoso “que dirán” que tanto nos consume en el no hacer y nos empuja a no atrevernos a vivir nuestra mejor vida.

Lo primero que quiero, es explicarte porque es tan común que pensemos en el que dirán. Porque no es un tema solo tuyo. Es algo mucho más arraigado en todas nosotros y empezar por entenderlo; es clave para irlo transformando.

Nuestro ADN

  1. Una de nuestras más grandes necesidades desde la existencia como seres humanos es la pertenencia. Imagina que en la época de las cavernas no pertenecer a la tribu era igual a morir en medio de esa selva peligrosa.
    De aquí que tenemos en nuestro cerebro primitivo una necesidad innata de sentir que pertenecemos, que no somos vistas como ajenas.
    Ya con solo esto genia, hay trabajo por hacer.

  2. A eso le sumamos que en nuestro proceso de desarrollo en donde las opiniones de los padres, amigos, profesores, influyeron en la formación de nuestra identidad.
    Es decir, que una vez más dependemos de la aprobación de otros para sentir que somos “alguien”.

  3. Seguimos sumando: nuestra famosa autoestima. Dependiendo de lo que haya ocurrido en nuestra historia en mayor o menor medida, vamos a tener la necesidad de que otros nos aprueben para sentir que valemos o somos “suficiente”.
    Por lo tanto, si hacemos cosas que a juicio de los demás podrían no ser correctas, significaría poner en riesgo nuestra pertenencia, la aprobación y hasta el amor de otras personas hacia nosotras.

  4. La cultura y la sociedad han establecido de forma clara o tácita, formas de comportamiento, profesiones, estatus, estados emocionales “correctos” por lo que salirse de ellos supondría una vez mas no solo no pertenecer, sino sentirme observada y/o juzgada.

Bien, te he explicado 4 grandes razones que están metidas en nuestro ADN y como siempre, mucho de manera inconsciente; lo que provoca que vayamos por la vida buscando aceptación, aprobación, validación y eso deriva entonces en que evitamos el riesgo, lo diferente, el salirnos del molde.

Lo que sea que nos pueda exponer porque para nuestro cerebro primitivo es sencillamente catastrófico que no nos consideren parte del clan.

Cuidado! que como siempre sale en el juego nuestro inconsciente; porque es ahí donde esta el 95% de la información que nos hace ser y comportarnos en el día a día.

Entonces escarbar y entender lo que hay ahí, nos confiere un poder, el poder de la desanestesia que por ende -si eres realmente genia manfestadora– te puede llevar a tomar acciones enfocadas en el nuevo estado deseado, donde el dejar de hacer por lo que digan los demás, no sea una opción.

Dejar de hacer por lo que digan los demás no es más que ceder tu derecho divino de construir tu más soñada vida y se que si estás leyendo esto es porque no estás dispuesta a que eso suceda, ¿cierto?

Bien, ahora déjame contarte algunas de las veces en las que el pensamiento de ese “que dirán” me ha visitado y quiero que notes cómo -a pesar de eso- avancé, lo que me ha significado más de mi vida soñada.

Esto que te cuento es porque como siempre quiero que te inspires. ¿Con qué? Con ejemplos reales de lo que he vivido yo misma, porque de lo contrario solo sería teoría. 

  • Cuando decidí que no quería ni podía seguir más siendo colaboradora de una empresa, de ninguna empresa.
    Eso me tenía enferma porque mi naturaleza estaba para algo más, para cosas muy diferentes. Tenía 33 años cuando decidí que iba a dar Asesoría Empresarial. Entonces aparecieron los “que dirán”:
  • Que soy muy joven para ser asesora
  • Que no estoy preparada
  • Que estoy loca
  • Que qué irresponsable!

Todos y cada uno de esos me visitaron pero los silencié y avancé.
A veces literal solo es bajarles el volumen y avanzar, con todo y lo que sientas.

  • Cuando decidí que si iba a hacer de BUENAViDA una empresa.
    Te recuerdo que soy administradora de empresas de formación pero de cosmética sabía lo mismo que de astronomía: nada!.
    Y de nuevo llegaron:
  • Que con qué conocimiento lo voy a hacer
  • Que eso nada que ver con mi carrera profesional
  • Que me voy a morir de hambre
  • Que estoy loca
  • Que cómo se me ocurre si en mi profesión podría ganar muchísimo dinero
  • Que eso nada que ver con asesoría empresarial

De nuevo, los silencié y avancé.

  • Cuando decidí que Adriana Fernández mi marca personal, ésta que te tiene aquí leyéndome, ya no sería sobre alimentación sino sobre manifestación.
    ¿Qué crees que pasó? Claro, aparecieron los que nadie invita pero llegan:
  • Que qué raro eso
  • Que con que autoridad voy a hablar de eso
  • Que para que me gradué de Health Coach
    (estas dos últimas no representaban mayor tema para mi porque yo si tenía claro que todo lo que enseño es parte de la salud, pero me preocupaba que la gente por no saberlo, dudara de mi)
  • Que se va a ir mucha gente de mi Instagram

Y pues si, ya sabes, avancé.

  • Cuando decidí junto con Vic que ahora BUENAViDA sería un marketplace.
    Ya no solo venderíamos skincare sino todos aquellos productos relacionados al bienestar y a la BUENAViDA.
  • Que raro tener otro tipo de productos ahí metidos
  • Que si no le gusta a la gente
  • Que si…

En éste último quizás, no hubo tantos “qué dirán” pero créeme, la importancia no es la cantidad porque un solo pensamiento de esos puede mantenernos en la inacción.

Pues ya lo ves genia. Claro que he pasado por esto de los “qué dirán” una y otra vez.

Pero yo tengo herramientas muy fuertes y lo maravilloso es que tu también las tienes.

Se llama consciencia y capacidad de tomar acción

Cuando eres consciente puedes decidir y no ir en automático solo dejando que esos pensamientos gobiernen tu realidad, especialmente si no es la realidad que te hace feliz.

¿Qué crees que pasó con todos los momentos en donde tuve que enfrentarme a esos “que dirán“?

Pasó todo lo maravilloso: Yo siendo cada vez más yo misma, con mis dones al servicio de muchos.

Porque si genia, la sorpresa es que al final, el enemigo silencioso de la mente nos cuenta cuentos que nos creemos y suelen ser fatalistas.

Entonces imagina si yo me hubiera quedado detenida ahí:

No tendría 12 años de ser asesora empresarial. No existiría BUENAViDA. Y mucho menos estarías leyendo este blog.

Eso si: sería una mujer completamente infeliz, trabajando en el mundo corporativo, sin duda pasaría enferma y quizás estaría en alguna especie de crisis.

¿Y vos?

¿Estás dispuesta a seguir entregando tu vida a los pensamientos del “que dirán“?

o

¿Vas con todo a pesar de ellos, les bajas el volumen y te dejas sorprender por lo que empieza a nacer?

Sea lo que sea, de lo que te estés limitando en este momento -de bailar en el supermercado, de salir con cierta ropa, de cambiar de carrera porque ya vas muy avanzada, de dejar a tu pareja, de decidir no tener hijos, de cambiar de trabajo-, recuerda que tu vida es tuya y la única que va a vivirla sos vos misma. Por lo tanto eres la única que tiene el derecho a elegir.

Dale con todo genia, bájales el volumen y avanza 😉

Un besito.

Adri

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